Felipe Mateos: "Le pedí una foto a Ayuso y le faltó decirme: '¿dónde están tus padres?"
Ha escrito el libro Ser distinto no es tan raro contando cómo se toma la vida una persona con osteogénesis imperfecta y ha venido a Cuerpos especiales a contárnoslo. Felipe Mateos visita a Nacho García y Lalachus para hablar de la enfermedad con mucho, mucho humor.
Con un "camisetón increíble" de Federico García Lorca y cargado de risas, Felipe Mateos se ha pasado este viernes por el estudio de Cuerpos especiales para charlar un rato con Nacho García y Lalachus de qué va la osteogénesis imperfecta y cómo convive con ella, algo sobre lo que habla con mucho humor en su libro Ser distinto no es tan raro, publicado este septiembre.
"Yo tengo discapacidad y no es ser cómico" se ha presentado el veinteañero. "[Mi enfermedad] se traduce como la enfermedad de los huesos de cristal. Así que si me muero me tiráis al contenedor verde", ha advertido.
Nunca le costó aprender porque estuvo tanto tiempo parado que ejercitaba la mente con los libros. "Como pasaba mucho tiempo en cama por las fracturas, no podía jugar al fútbol como los niños, no podía ir al parque, a saltar en los columpios, a rajarme con una barra de metal a pillar el tétanos", ilustra.
"Yo esto lo explico como si fuese un vaso de cristal. Tú tienes un vaso que se te cae de la mesa y no se rompe y dices: 'wow, podía haberse matado y no ha pasado nada' y luego de repente ese mismo vaso se te vuelca aquí en la mesa y se te astilla", ha explicado el entrevistado.
La enfermedad y la condescendencia, de la mano
Rápido, sencillo y para toda la familia. "La discapacidad no es Voldemort", explica de cara al trato condescendiente que recibe en su día a día (víctima de múltiples eufemismos). "Todo el rato. Yo estoy del 'campeón', 'máquina', 'crack', 'fiera' y 'mastodonte' hasta las narices ya".
"Te puedo decir gente súper importante que me ha tratado con condescendencia", ha avisado. "En diciembre del año pasado conocí a una persona muy importante aquí en la Comunidad de Madrid, Isabel. I.A. Y fue increíble porque le pedí una foto, dije: 'no puedo dejar pasar la oportunidad", confesaba. "Me dijo: 'ay, qué alegría que quieras hacerte una fotito conmigoooo'. Me tocó la barriguita, Nacho. Y me dijo: '¿cómo te llamas?', le faltó decirme: '¿dónde están tus padres?", ha contado entre risas el cómico.
No ha tardado en solidarizarse con la presidenta de la comunidad madrileña: "No la culpo, veo a alguien feo, bajito y discapacitado y digo: 'voy a tratarle como trato a Almeida".
Sobre la normalización de la enfermedad,Mateos tiene claro que su experiencia en un colegio de integración de motóricos fue determinante: "Había uno o dos alumnos con discapacidad por clase. La verdad es que todo el mundo tenía súper normalizado que cada uno era diferente, y la verdad es que tuve una infancia muy guay, en parte gracias a ese colegio", explicaba.
Sin embargo, lo fue igual su estancia en el centro de altas capacidades de Madrid: "No fue increíble. Conocí niños muy especiales, que se creían muy especiales y que no se juntaban con gente normal porque ellos eran muy especiales. Era un poco raro". Así que ha aprovechado para lanzar un mensaje: "No sé si nos está escuchando alguien con altas capacidades, pero la gente que es tonta también es graciosa. Chicos, podéis tener amigos tontos, no pasa nada".