Tic sonoro, peor que un insulto
Albert Lesan vuelve a uno de sus clásicos experimentos sociológicos. Esta vez, nos vuelve a demostrar que un tic sonoro es peor que un insulto.
Albert Lesan vuelve a uno de sus clásicos experimentos sociológicos. Esta vez, nos vuelve a demostrar que un tic sonoro es peor que un insulto.