Ponte A Prueba - Lunes 24 de junio de 2013
El cartero siempre llama dos veces, pero el profesor de pilates de la mujer de Pedro entraba sin avisar. Lo malo es que lo hacía cuando él no estaba y metía el rabo donde no debía. Menos mal que un vecino informó a Pedro de todo el marrón. Y ojalá hubiera estado un vecino en casa de Marta para contarle al amigo cómo se abría la puerta, que, con el ciego y lo que no es el ciego, acabó tirándose por la ventana, desde un segundo piso.
El cartero siempre llama dos veces, pero el profesor de pilates de la mujer de Pedro entraba sin avisar. Lo malo es que lo hacía cuando él no estaba y metía el rabo donde no debía. Menos mal que un vecino informó a Pedro de todo el marrón. Y ojalá hubiera estado un vecino en casa de Marta para contarle al amigo cómo se abría la puerta, que, con el ciego y lo que no es el ciego, acabó tirándose por la ventana, desde un segundo piso.