Los efectos secundarios más raros de los orgasmos
Como si se tratase de un medicamento: los orgasmos también tienen efectos secundarios, pero éstos no siempre se manifiestan. Basta con llegar al clímax para que nos quedemos a gusto, pero... ¡Hay algo más, atento!
Cuando pensamos en un orgasmo lo asociamos directamente el placer. Imaginamos ese momento intenso, en el que nada puede salir mal porque todo es perfecto. Estamos con los pies en el suelo, pero nuestro cuerpo vuela. ¿Sabes de lo que hablamos, verdad?
Si lo has sentido, sabrás que muchas veces el éxtasis viene acompañado de sensaciones dispares que no cuadran mucho con lo erótico de la situación.
La risa, el llanto, el dolor e incluso los estornudos son los efectos secundarios más recurrentes y normalizados. Casi todo el mundo ha experimentado alguno de ellos a lo largo de su vida. Sin embargo, existen síntomas postorgásmicos mucho más extraños y peligrosos. Hablamos de los ataques de llanto, los dolores intensos y las convulsiones.
La risa, por ejemplo, es bastante común. Sientes tanto placer que tu cuerpo no sabe cómo reaccionar para expresarlo y lo traduce en carcajadas.
El llanto, por otro lado, se conoce científicamente como disforia postcoital y está relacionado con la excesiva liberación de hormonas durante el sexo.
Los estornudos se producen porque durante el coito se estimulan las terminaciones nerviosas del sistema parasimpático, que se encarga de controlar los actos involuntarios.
El dolor de cabeza, el cansancio, la fiebre o las molestias corporales son parte del mencionado síndrome postorgámico. Las convulsiones suelen darse exclusivamente en personas con enfermedades complicadas y epilepsia.