María de Sevilla tiene miedo a chuparla por las historias que le cuentan sus amigas. Cuando ve el matojo de pelos, se horroriza. Eso sí, siente curiosidad por que le coman todo el potorro. A su primer novio ya se lo dejó bien claro: ¡yo ahí abajo no me meto! Y LM le advirtió: a las que no chupan luego les meten los cuernos con prostitutas... ¡Ay Dios!
María de Sevilla tiene miedo a chuparla por las historias que le cuentan sus amigas. Cuando ve el matojo de pelos, se horroriza. Eso sí, siente curiosidad por que le coman todo el potorro. A su primer novio ya se lo dejó bien claro: ¡yo ahí abajo no me meto! Y LM le advirtió: a las que no chupan luego les meten los cuernos con prostitutas... ¡Ay Dios!