Qué ilusión hace que te preparen una fiesta sorpresa. Pero, si te la organizan, que sea para vivirla, no como Álex, que sus padres le dieron somníferos para poder montarla, pero se pasaron de la raya y tuvieron que cancelarla para llevarle al hospital. Cuando tienes disgustos así, es mejor tomárselo con calma. Anna es un buen ejemplo de ello: cuando pilló a su novio tirándose a otra, no se cabreó, sino que se fue tranquilamente a la cocina a hacerse una tila. ¡Menuda sangre fría!