Un borracho escala una montaña de los Alpes pensando que iba a su hotel
Pavel, un joven estonio que celebraba su cumpleaños en Italia, se bebió unas cuantas copas de más hasta tal punto de no recordar el camino exacto hasta su hotel. Hasta ahí nada extraordinario si no fuese porque el bueno de Pavel se puso a subir una montaña de 2.400 metros de altura llegando al bar de la cúspide, donde decidió "dormir la mona".