Numerosos países árabes y asiáticos impiden la publicidad, los productos cosméticos y las revistas que muestran el cuerpo desnudo de una mujer, que es considerado un objeto de deseo pecaminoso. Por este motivo, para poder distribuir y vender en esos países productos fabricados en Occidente, los censores han tenido que tirar de imaginación y modificar un montón de anuncios publicitarios, además de portadas de discos. Así, artistas de la talla de Christina Aguilera, Mariah Carey o Shakira han visto como sus carátulas se transforman en algo totalmente distinto al disco original.