Cupido no es el querubín regordete que lanza flechas del amor y asociamos con San Valentín
Cupido no (ni de lejos) como te lo imaginas. El llamado dios del amor no es un dulce niño alado que reparte flechas del amor como cantaba Karina. Cupido tenía un lado más oscuro y peligroso, es una “criatura salvaje e indómita” que enciende el fuego de la pasión de forma impredecible.