La polaca vengativa
Laura de Madrid dejó colgada a un tío colgado con el condón puesto. El chaval era un moscón de discoteca, y viendo que no la dejaba en paz, se lo llevó al lavabo, lo puso palote y le dejó con las ganas. Pero no era la primera venganza: su novio una vez la dejó plantada y el pobre se arrepintió toda la vida.