El Ñanzas ha perdido una pulsera de Oro blanco y no se le ocurre otra cosa que llamar a la joyería dónde la compró. Por supuesto, ¡consigue poner de los nervios al joyero y su mujer!
El Ñanzas ha perdido una pulsera de Oro blanco y no se le ocurre otra cosa que llamar a la joyería dónde la compró. Por supuesto, ¡consigue poner de los nervios al joyero y su mujer!