A veces es peor el remedio que la enfermedad, y así lo comprobó la chica de Juan. La pareja acordó que, si la cosa por detrás le dolía, ella tenía que levantar una mano. Pero, por lo visto, la chica no coordinó muy bien, levantó las dos manos y al final le dolió más la boca que el culo. ¡Se dio un porrazo histórico! Y más daño se tuvo que hacer la madre de Patri, que se pegó tal testarazo contra la nevera que acabó con la ropa teñida de sangre.