sabat

Sólo nuestro colega Javier Silvestre nos puede contar noticias tan jartas como la de hoy: un hombre ha sido despedido por tirarse pedos y eructos en su empresa. Los peores días eran los que el hombre comía fabada.

Sólo nuestro colega Javier Silvestre nos puede contar noticias tan jartas como la de hoy: un hombre ha sido despedido por tirarse pedos y eructos en su empresa. Los peores días eran los que el hombre comía fabada.

En uno de los primeros polvos de Ana, el chico le clavó la uña en todo el pussy. Desde entonces, le mira las manos a todos los chicos antes de meterlos en la cama.

En uno de los primeros polvos de Ana, el chico le clavó la uña en todo el pussy. Desde entonces, le mira las manos a todos los chicos antes de meterlos en la cama.

La higiene personal es muy importante, y más si te vas a ir a la cama con alguien. Ana eso lo tiene más claro que nadie, sobre todo desde que, en sus primeros polvos, un chico le clavó la uña, ahí, en toda la patata. ¡Hay que llevar las uñas más cortas, por favor! Pero si tienes que sufrir por pinchazos, que al menos sea para hacerte un tatuaje, como Elena. Ella está más ancha que pancha, bajo la aguja de un tatuador, y escuchando Ponte A Prueba con ganas de cantar con La Madre. Y hay que tener muchos pulmones para cantar el "Ay mi Antonio".

La higiene personal es muy importante, y más si te vas a ir a la cama con alguien. Ana eso lo tiene más claro que nadie, sobre todo desde que, en sus primeros polvos, un chico le clavó la uña, ahí, en toda la patata. ¡Hay que llevar las uñas más cortas, por favor! Pero si tienes que sufrir por pinchazos, que al menos sea para hacerte un tatuaje, como Elena. Ella está más ancha que pancha, bajo la aguja de un tatuador, y escuchando Ponte A Prueba con ganas de cantar con La Madre. Y hay que tener muchos pulmones para cantar el "Ay mi Antonio".

Fabrizio no esperaba que la chica con la que se acostó tuviera la regla. Pero se imaginaba mucho menos que ella le ensuciara de sangre y, encima, usara la lengua para limpiar el estropicio.

Fabrizio no esperaba que la chica con la que se acostó tuviera la regla. Pero se imaginaba mucho menos que ella le ensuciara de sangre y, encima, usara la lengua para limpiar el estropicio.

Con el verano, Irene está que echa fuego. Ella sólo piensa en follar y follar, pero su novio ya empieza a estar cansado de que le entren ganas de hacerlo hasta cuando van paseando por la calle.