Hay gente con mala suerte y luego está la madre de Carlos, que justo le acaba de descubrir que le habían tocado más de 2.000 € en la lotería, cuando un ladrón se llevó su bolso, con el boleto premiado dentro de él. Por lo menos, el caco no era amigo de la familia. El que le robó el coche a Alberto sí que era colega; lo más fuerte de todo es que fue una relación de amistad falsa, con el único objetivo de apoderarse de su coche. ¡Para tener amigos así, mejor tener enemigos!