'SI ABRO LOS OJOS NO ES REAL'

Amaia comparte su magia en el mayor concierto de su carrera en el Movistar Arena de Madrid

Amaia llega al punto álgido de su carrera casi ocho años después de ganar Operación Triunfo 2017. Esa cima, que aún puede seguir creciendo, ha tenido lugar la noche del domingo 23 de febrero en el Movistar Arena de Madrid (antes conocido como WiZink Center) ante unos 15.000 espectadores. Una cima que no es solo numérica, ya que la artista ha consolidado su sello personal basado en la naturalidad, la innovación y la búsqueda de emociones reales.

Los mejores momentos del concierto de Amaia en el Movistar Arena de Madrid

Amaia y Aitana cantan por primera vez en directo 'La canción que no quiero cantarte'

Amaia en su mayor concierto en el Movistar Arena de Madrid
Amaia en su mayor concierto en el Movistar Arena de Madrid | Ricardo Rubio / Europa Press

Madrid24/02/2025 01:27

Si abro los ojos no es real. El título del nuevo disco de Amaia define lo que ha debido pensar la navarra mientras actuaba ante un Movistar Arena lleno. Siendo fiel a la naturalidad que la caracteriza, la joven no ha ocultado sentirse abrumada ante el público que tenía enfrente: unas 15.000 personas han absorbido la magia de una artista ya consolidada, que ha llegado a Madrid tras dos conciertos consecutivos en el Sant Jordi Club de Barcelona.

"Estoy emocionada, estoy muy abrumada. Sois muchos. Todo el amor que me dais... Gracias, no paro de decirlo todo el rato, pero es de verdad. Tengo mucha suerte", ha dicho durante el final del concierto. Un concierto donde Amaia lo ha sido todo: una voz emocional, una bailarina divertida e irreverente, unas manos tocando el arpa, unas botas sobre un tablao, una pianista a ratos sutil y a otros enérgica... Y lo ha sido acompañada por una orquesta "formada para y por este concierto", tal y como ha explicado ella misma al presentar a los músicos.

Amaia es eso, pero también la chica que enamoró a España durante su paso por Operación Triunfo 2017, donde no solo se proclamó ganadora, sino también una artista revelación y una persona dulce, natural, sincera y única. Adjetivos que ahora invaden su música y que la erigen como una de las cantantes más brillantes del país, tanto por su talento vocal y compositivo como por su mirada artística sobre el escenario alejada de presiones comerciales.

Primer acto, o cómo llenar un escenario tú sola

Luces blancas han inundado el primer acto del concierto de Amaia durante su gira Si abro los ojos no es real. Fundida en el piano, la cantante ha envuelto el recinto en una cápsula onírica mientras interpretaba los cuatro versos que componen Visión: "Voy a cruzar un puente largo / No sé si hay alguien esperando / Niña que estás al otro lado / ¿Qué pensarás si estoy llorando?".

Miles de personas de todas las edades estaban esperándola; esperando a verla sobre un escenario que ha invadido con su sola presencia y la ayuda de un foco blanco que ha iluminado su vestido rosa y sus curiosos movimientos a modo de coreografía mientras sonaba Tocotó. Ella, un pequeño punto en la inmensidad del recinto del que nadie quería apartar la mirada.

Amaia en el Movistar Arena de Madrid
Amaia en el Movistar Arena de Madrid | Ricardo Rubio / Europa Press

Con Magia en Benidorm, Amaia ha creado una fantasía gracias a las luces parpadeantes en el suelo y sus divertidos bailes. Así, la iluminación y su carisma escénico han definido la primera parte del show con Quiero pero no, la mesa de mezclas de La vida imposible, la picardía de Dilo sin hablar o la energía desenfadada de Nanai fusionada con La tarara.

"Qué fuerte, Dios mío. Esto para mí es muy fuerte, gracias por haber venido. Estoy muy contenta. Se os ve impresionantes, estáis pa' foto. [...] Es el concierto más grande que he hecho en mi vida. Primera canción y ya estoy agotada. Pero a seguir", ha expresado Amaia durante esta primera fase de su viaje ante los gritos, las risas y los aplausos del público.

Segundo acto

C'est la vie ha dado paso a la íntima y poderosa versión al piano de Me pongo colorada, tema original del grupo Papá Levante con el que ha demostrado una vez más ser una gran intérprete. "No hay malas canciones, solo canciones que aún no han sido versionadas por Amaia", señala con acierto el usuario @franciscobdl en X (antes Twitter).

"Esta no es de papá, es de mamá", ha dicho la navarra para enlazar su versión de Papá Levante con Auxiliar, la canción donde se pone en el lugar de su progenitora: "Cuando el mundo pese y el dolor moleste / Aquí espero para cuidarte, mi amor". Amaia ha hecho justicia a la emoción intrínseca del tema sobre el escenario, mostrando un rostro serio y contemplativo.

Sin cambiar el gesto de su cara, la artista se ha fundido en un arpa para interpretar Ya está, donde reflexiona sobre la muerte: "Podría ser un animal / Un pez espada, una paloma / No pensaría en estas cosas / Me moriría y ya está".

La emoción ha seguido intacta con su versión de Santos que yo te pinté, tema de Los Planetas incluido en su segundo álbum de estudio y para el que los espectadores han hecho brillar el Movistar Arena con las luces de sus móviles.

Tercer acto

Con Fantasma, el el coro del Taller de Músics de Barcelona ha hecho su entrada triunfal para aportar misterio a una canción sobre la vida después de la muerte. Como otra de las muchas sorpresas del concierto, Amaia se ha atrevido a taconear sobre un tablao durante la actuación de Despedida. "El año pasado se murió mi abuela rodeada de mi familia contentísima. Ojalá morir así. Es una forma de celebrar la muerte porque también es algo precioso", ha dicho para presentar el tema.

A partir de Yo invito, el coro ha actuado como un particular cuerpo de baile al fundirse con Amaia, la escenografía y la iluminación del escenario; sin olvidar la parte audiovisual del concierto a través de la pantalla, donde se han proyectado desde planos cenitales hasta videojuegos.

Así, antes de interpretar El relámpago, Amaia ha recogido un ramo de flores de un asistente situado en pista. "Lleva una postal. La leo luego, que si no perdemos mucho tiempo", ha dicho, arrancando risas entre los espectadores. "Lo voy a dejar en el piano para que adorne un poco. Muchas gracias, sois muy monos". Así, un nuevo complemento ha acompañado a la navarra sobre el escenario, agudizando la unicidad de los espectáculos en directo.

Un enérgico y último acto para cerrar los ojos definitivamente

Tras concluir la parte intermedia del concierto con una enérgica Nuevo verano, Amaia ha mantenido la euforia del recinto con M.A.P.S. y su coreografía, con la que se ha convertido en su propia animadora mientras corría por todo el escenario.

Giratutto, Quiero que vengas al piano y El encuentro han dado paso al momento más inesperado y nostálgico del concierto: la aparición de Aitana, amiga durante Operación Triunfo, para interpretar su colaboración juntas, La canción que no quiero cantarte. "Hacía muchísimo tiempo que no nos veíamos", ha desvelado la catalana antes de mostrar su orgullo ante el éxito de Amaia.

Y tras la euforia con Aitana, el concierto ha seguido con la guitarra de Quedará en nuestra mente y el piano de la canción tradicional Zorongo gitano, una versión habitual de Amaia a la que le ha seguido una gran ovación del público: "No sé qué hacer en estos momentos. Gracias, de verdad".

La emoción ha ido in crescendo con Yamaguchi —interpretada con Víctor Martínez, guitarrista y director musical del conciertoy Tengo un pensamiento, donde canta con sinceridad a un amor en tono solemne y con un pequeño movimiento de brazos que recuerda a una de sus actuaciones más míticas en OT: la de Shake It Out.

Y para despedirse, una bienvenida. Amaia ha elegido Bienvenidos al show para cerrar su espectáculo con el público en pie y un final instrumental épico. Así, la artista crea un ciclo infinito donde el concierto no es más que una parada de su camino y del de todos los presentes.