ESTRENO

Amaia es explícita y fantasiosa en su tercer disco de estudio, 'Si abro los ojos no es real'

Si abro los ojos no es real es un viaje sonoro con una producción innovadora y meticulosa, un recorrido en el que Amaia vuelve al pasado para afrontar el presente y la incertidumbre del futuro desde la introspección y el realismo mágico.

Amaia advierte de que no habrá invitados en sus próximos conciertos

Amaia en la portada de 'Si abro los ojos no es real'
Amaia en la portada de 'Si abro los ojos no es real' | universal

Madrid31/01/2025 10:44

La familia, el amor y la muerte son los tres pilares de la columna vertebral de Si abro los ojos no es real (2025), el tercer álbum de Amaia.

La artista de Pamplona llega a la madurez personal y laboral con un trabajo en el que han intervenido dos grandes apoyos de su vida privada. Su novio, Daniel Dalfó, ha sido clave para la producción y la ingeniería de las canciones, además de tener un gran peso en la dirección creativa de las piezas audiovisuales. Su hermano, Javier Arbizu, ocho años mayor, es su mánager, pero también ha metido mano en temas como Nanai, carta de presentación del álbum meses antes de su estreno. También figuran nombres como el de Ralphie Choo, la virtuosa promesa de la producción experimental, que cuenta con créditos en cinco canciones.

Si abro los ojos no es real es el título perfecto para empacar estas 12 canciones que suponen un recorrido por el mundo de los sueños, una dimensión en sí misma en la que realidad y ficción se entremezclan entre sonidos de arpas, violines, pianos y hasta maracas para una bachata. Existe una diversidad de géneros que encuentra un hilo conductor en las letras, sencillas pero llenas de complejidad, que son en realidad un paseo por los 26 años de Amaia. "Voy a cruzar un puente largo, no sé si hay alguien al otro lado", canta en el primer verso de Visión, la canción que abre el disco. La siguiente es Tocotó, un homenaje al Corre Caballito de su admirada Marisol, y ahí comienza la regresión.

Para comprender un universo tan basto como el suyo es fundamental retrotraerse al pasado. La relación con su madre parte de su infancia, en la que reconoce vivir protegida al calor del hogar, pero cuando sale del cascarón llegan los conflictos. M.A.P.S., con la composición de Jimena Amarillo y la producción de Alizzz, es la Cara A de este vínculo, donde Amaia le cuenta a su madre que ha volado del nido y ya no hay vuelta atrás: "Esos años no volverán nunca más / Date cuenta mamá / Que no vas a cambiarme". La cara B es Auxiliar, con la producción de Judeline, en la que Amaia invierte el papel y se pone en la piel de su madre: "Cuando el mundo pese y el dolor moleste / Aquí espero para cuidarte mi amor / Y tú no me escribes, ni tampoco llamas / Se me clava directo al corazón".

Entre Magia en Benidorm y C'est la Vie, dos retratos de la vida adulta y las particularidades de la vida cotidiana, se encuentra la gran joya romántica. Tengo un pensamiento está escrita para a su novio y cómplice, al que le cuenta explícitamente que quiere pasar el resto de los días a su lado. El siguiente paso es la reflexión sobre la muerte, que llega a raíz del fallecimiento de su abuela. A ella dedica Despedida. Desde un lugar luminoso, Amaia le dice adiós y le recuerda que al final, lo material desaparece. Cómo has tratado a la gente es lo único que permanece: "El fin es un nuevo comienzo / En mí tus ojos siempre están abiertos".

Los dos minutos y treinta segundos de Ya está concluyen el viaje y constatan una verdad incontestable y realmente explícita: "Todos vamos a morir". Una vez asimilada, Amaia se mira al espejo y fantasea con la reencarnación y el eterno retorno. "Podría ser un animal / un pez espada / una paloma / no pensaría en estas cosas / me moriría y ya está".