Enfrentarse a la báscula: cuál es el mejor día de la semana, el mejor momento y la mejor manera de pesarte
Condicionantes como el momento del día, haber comido ciertos alimentos o incluso el día de la semana elegido pueden hacer que la báscula nos muestre un peso distinto cada vez que nos subimos a ella. Por este motivo existen una serie de recomendaciones para asegurarnos que lo que refleja es fiable.
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Si eres de los que recurren a la báscula para controlar tu peso —ya sea para bajar algunos kilos o para no ganarlos— debes saber que hay una serie de tips para asegurarse de que nuestra dieta o rutina es la correcta para alcanzar los objetivos.
Lo primero que tenemos que hacer, es no obsesionarnos con los números. Llevar un control del peso está bien si estamos siguiendo una dieta para perder algunos kilos, pero pesarse cada díano refleja una evolución "real" de nuestra forma física.
Además, obsesionarnos con la báscula puede derivar en conductas de ansiedad nada saludables, que incluso nos hagan ganar peso con "ataques de hambre" por nerviosismo. Por no hablar de que puede derivar en problemas de salud más graves.
Cuándo, cómo y con qué frecuencia hay que pesarse
- Por la mañana y en ayunas. Los expertos recomiendan pesarse al levantarse por la mañana, después de haber ido al baño pero antes de desayunar. De esta manera el cuerpo no ha sufrido las fluctuaciones propias de lo largo del día que hacen variar el peso.
- Sin ropa. La mejor opción es pesarnse desnudos. Si esto no fuese posible, lo recomendable es hacerlo en ropa interior o siempre con las mismas prendas.
- Mejor una vez a la semana que de forma diaria. Pesarse cada día puede mostrar datos inexactos. La retención de líquidos, no haber evacuado e incluso los alimentos ingeridos en la cena pueden hacer que el peso varíe cada día. Controlar el peso semanalmente (incluso mensualmente) mostrará una evolución más fiable de nuestra progresión dependiendo de los objetivos que te hayas marcado.
- Miércoles, el mejor día para pesarse. Algunos expertos aseguran que si queremos controlar nuestro peso semanalmente, el mejor día es el miércoles. Esto es porque al estar en medio de la semana, ya hemos iniciado una rutina de alimentación y ejercicio físico que muchas veces pausamos durante el fin de semana.
- Antes de hacer ejercicio. Cuando hacemos ejercicio perdemos una gran cantidad de líquido que recuperamos más tarde bebiendo agua e ingiriendo alimentos. Por este motivo, si nos pesamos justo después de entrenar, la báscula no reflejará un peso fiable.
Por qué es mejor no pesarnos cada día
A lo largo del día influyen muchos factores que pueden hacer que nuestro peso varíe y que acumulemos estos cambios hasta el día siguiente, cuando nos pesamos por la mañana.
Algunas dinámicas como las explicadas a continuación, pueden hacer "ganar peso" durante la noche y que nos llevemos un susto si nos subimos a la báscula a la mañana siguiente:
- Retención de líquidos. Algunos alimentos ricos en sodio hacen que el cuerpo retenga más líquido. Por tanto, si cenamos este tipo de alimentos y nos vamos a dormir, no habremos activado el metabolismo para eliminar este exceso de agua y sal, por lo que nuestro peso aumentará puntualmente.
- Beber alcohol. Las bebidas alcohólicas también hacen que se retengan líquidos, por lo que al pesarse después de una noche en la que se han tomado algunas copas seguramente la báscula marque más peso del que debería, como si hubiésemos engordado da noche a la mañana (y no es necesariamente cierto).
- Ciclo menstrual. En el caso de las mujeres, el peso varía dependiendo de la fase del ciclo menstrual, ya que se pueden retener más o menos líquidos. Este es uno de los motivos por los que días antes y durante la menstruación el vientre o las piernas estén más inflamados.
Por qué nos estancamos o ganamos peso si hacemos ejercicio
Para tener unos hábitos saludables, lo recomendable es complementar una dieta equilibrada con una rutina de ejercicio constante. Por este motivo, cuando iniciamos un programa para perder peso que combina ambas cosas, ocurre que hay un momento en el que dejamos de perder peso, e incluso podemos ganar algunos kilos.
Esto es porque la grasa pesa mucho menos que el músculo, y en estos procesos lo que hacemos es quemar grasa y ganar músculo. Una vez perdido el peso de la grasa, solo queda sumar el desarrollo del músculo que estamos consiguiendo.
Alternativas a la báscula para controlar el peso
Por último, si no quieres obsesionarte con la báscula existen otros indicadores para saber controlar el peso:
- Fotografiar el proceso. Siguiendo las mismas pautas que con la báscula, si nos fotografíamos desnudos a la misma hora y con una frecuencia concreta, podremos comprobar visualmente si hemos adelgazado, engordado o nos mantenemos en nuestro peso.
- Cinta métrica. De esta manera controlaremos nuestro volumen y nuestras medidas, independientemente de lo que marque la báscula.
- Basarnos en la ropa. Controlar cómo nos quedan las mismas prendas a lo largo del tiempo y cómo nos sentimos con ellas. Si nos quedan más holgadas sabremos que habremos perdido volumen, y si por el contrario nos cuesta entrar en ellas o nos sentimos incómodos, habrá ocurrido lo contrario.