Cómo evitar los atracones de comida y el posterior arrepentimiento
Santos Solano nos habla esta semana en Cuerpos especiales de los famosos atracones de comida que todos hemos sufrido alguna vez, con su posterior arrepentimiento. Analizamos con el especialista en conducta alimentaria por qué ocurren y qué podemos hacer para evitarlos.
Te interesa
Seguro que en más de una ocasión te has dado lo que se conoce como un 'atracón', y probablemente haya sido con alimentos poco saludables de los que te hayas sentido culpable después.
Para hablar sobre esto tenemos en Cuerpos especiales a Santos Solano, psicólogo especializado en conducta alimentaria. Santos nos explica que cuando tenemos un pico de ansiedad aguda se nos quita el apetitivo. Sin embargo, cuando la ansiedad es prolongadaen el tiempo. nuestro cerebro se centra en alimentos que tienen alto contenido en azúcar. Tiene sentido porque el cuerpo se prepara para que llegue algo malo (o al menos esa es la percepción que se tiene cuando se sufre ansiedad sostenida).
¿Qué es la ansiedad emocional?
"La alimentación emocional hace que recurramos a la comida con el objetivo de dejar de notar ciertas emociones que nos están creando malestar. Cuando tenemos ansiedad nuestro cuerpo está muy activado y cuando comemos bajamos esa actividad corporal para centrarla en el estómago", explica Solano.
Por tanto, la regulación emocional a través de la comida funciona. Para que esto ocurra y se produzcan los conocidos "atracones" es necesario que primero exista una gran cantidad de comida, y luego se produzca esa pérdida de control y medida sobre la ingesta.
"El hecho de pensar de que no podemos comer ciertos alimentos, lo que hacemos es que cuando los comemos nuestro cerebro no solo asocia ese placer relacionado al sabor, sino que lo relaciona con el placer de hacer algo prohibido", añade.
Cómo solucionar la ansiedad emocional y los 'atracones'
Santos Solanos nos explica que la ansiedad emocional relacionada con la comida muchas veces es circular: cuanto más restringimos ciertos alimentos, más nos lleva a la pérdida de control sobre su consumo. Y es el arrepentimiento de esta pérdida de control lo que nos vuelve a llevar a la restricción.
Por tanto, o importante es saber cómo dejar de hacerlo, no es cuestión de fuerza de voluntad. Es muy importante saber por qué nos pasa esto y que la prohibición no va a ser la solución: "Hay que reconectar con el cuerpo, quitar el valor de esos "alimentos prohibidos" y comerlos normalmente añadiéndole unas rutinas y control más personal".