Muere el pez de Amaia y la cantante confiesa dónde lo guarda: "Me daba pena tirarlo"
La cantante, en un arrebato de sinceridad, ha confesado que convive con el cadáver de su pez, Tulipán, que ya murió pero aparece en su recién estrenado documental 'Una vuelta al Sol'.
El 1 de mayo se estrenaba en Amazon Prime el documental que narra el primer año de Amaia en la música. Recién salida de un concurso de televisión, con la resaca de Eurovision todavía en la sien y miles de fans impacientes por escuchar su primer disco, la cantante -al contrario que el resto de concursantes- se alejaba de los focos para dedicarse a buscar su propio sonido y componer 'Pero no pasa nada', un disco que llegó un año después de su debut en el talent show. La cantante se tomó su tiempo y en 'Una Vuelta al Sol' podemos comprobar, en parte, a qué lo dedicó.
En una conversación en directo con su amiga Carolina Iglesias -que presentaba el chat de OT en su edición- los fans de la cantante quisieron saber qué había sido de las mascotas de Amaia que aparecían en el documental: un gato, Marcelo, y un pez, Tulipán.
"Pues el gato está en Pamplona con Maite, mi compañera de piso y la verdad es que lo echo de menos", aseguraba la cantante. "Mi pez se murió, pero me daba pena tirarlo, no sabía qué hacer y lo tengo en el congelador. Me daba como pena tirarlo por el wáter y lo guardé con un plastiquito en el congelador y sigue ahí", reconocía divertida, para luego dudar: "Quizá no debería haber dicho esto".
LO QUE DICE Y LO QUE HACE
Amaia despierta tanto interés por su música como por lo que hace y dice. Su personalidad, sus desplantes y sus contradicciones se han convertido en su marca personal, un reclamo para la audiencia casi tan fuerte como su voz. En sus conciertos, el éxtasis llega tanto en los estribillos como en los silencios, cuando la cantante detiene en seco la actuación para decir cosas como: "las palmas en esta canción no pegan mucho" o, en otra ocasión, reconocía, espontánea: "perdón, me he equivocado con la letra". Amaia es un fenómeno en sí misma y eso sí que ya no hay quien lo frene.